Sexología y primera vez: romper mitos para vivir el deseo con libertad

Rompe con el mito de “la primera vez”. Descubre cómo resignificar la experiencia sexual desde la libertad, el consentimiento y la diversidad.

6. MITOS, TABÚES Y CREENCIAS ERRÓNEAS

Sexologalex

9/15/2025

a person holding hands in front of a door
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“La primera vez”

Hablar de “la primera vez” es adentrarse en uno de los mitos más poderosos y condicionantes de nuestra cultura. Se nos ha enseñado que debe ser un momento especial, único y perfecto, cargado de expectativas, tabúes y mandatos de género. Sin embargo, la realidad es diversa y, muchas veces, distante de ese ideal. Desde la sexología y la filosofía del cuerpo, es necesario resignificar esta experiencia para liberarla del deber ser y abrirla al respeto, el consentimiento y la autenticidad.

El mito de “la primera vez” suele centrarse en el coito heterosexual, asociándolo a la penetración vaginal y al debut sexual como un rito de paso obligatorio. Esta visión invisibiliza otras formas de intimidad y reduce la sexualidad a una práctica genital. Además, impone presiones: los hombres deben “demostrar” virilidad y las mujeres “perder la virginidad”, un concepto cargado de moral y control social.

La sexología contemporánea desarma estas narrativas, mostrando que no existe una única forma válida de vivir el inicio de la vida sexual. La virginidad no es una condición biológica ni un sello de alto valor moral, sino una construcción cultural.

Para empezar a cuestionar la experiencia de “la primera vez”, resulta útil reflexionar en lo siguiente:

¿Qué entiendo yo por primera vez? ¿Es un acto concreto o un proceso?

¿Desde dónde deseo vivir mi inicio sexual: desde el miedo, la presión o la libertad?

¿Qué significados heredados sobre la virginidad me gustaría cuestionar?

Te recomiendo realizar estos sencillos ejercicios:

Diálogo interno consciente: escribir en un diario cómo imagino o cómo viví mi primera experiencia sexual y qué me gustaría cambiar de esa narrativa.

Enfoque en el consentimiento: ensayar formas de comunicar lo que quiero, lo que no quiero y lo que me genera duda.

Ampliar la mirada: reconocer que cada encuentro íntimo puede ser una “primera vez” diferente: primer beso, primera caricia, primera autoexploración, primera experiencia compartida.

También es necesario prestar atención a que no todas las personas viven la “primera vez” en la adolescencia, ni en pareja, ni en contextos heterosexuales. Algunas lo hacen en la adultez, otras a través de la autoexploración, otras desde identidades y orientaciones diversas. Reconocer esta pluralidad es clave para desmontar los juicios que pesan sobre la famosa “primera vez”, cada historia es válida si está basada en el consentimiento, la libertad y el cuidado. No hay un guion único ni un calendario correcto para vivir el deseo.

Dale una vuelta a este tema…

Resignificar “la primera vez” es abrir la posibilidad de vivir la sexualidad sin cargas ni culpas, desde el respeto a uno mismo y a los demás. Derribar el mito del deber ser nos permite entender que lo valioso no es cumplir con una expectativa cultural, social o de pareja, sino habitar nuestro deseo con autenticidad, cuidado y libertad.